LOS
CUERPOS DE VIGILANCIA Y SEGURIDAD
La disolución de la Policía General del Reino abriría
rápidamente paso a la aparición de la Guardia Civil como fuerza del orden
centralizada y con poder en todo el territorio nacional. La policía gubernativa
quedó reducida a las llamadas "Compañías de Seguridad", que cubrían
circunscripciones concretas, a nivel provincial. Una de las consecuencias de "La
Gloriosa" sería la reestructuración y nueva denominación de Cuerpo de
Orden Público, quedando al mando del Gobernador Civil de cada provincia, y
recuperando el nombre de Comisaría para los edificios dedicados al
mantenimiento del orden.
Tras el intento de revuelta de 1848, se crearía en Madrid
la Jefatura Superior de Policía, que seguiría con una nueva evolución al
crearse el Cuerpo de Investigación, con el fin de enfrentarse con la gran
cantidad de revueltas, conflictos sociales
y violencia callejera que aumentaban conforme los distintos gobiernos
eran instaurados y destituidos. Los primeros libros de formación verían la luz
entre 1875 y 1890, pero entre ellos se produciría un punto de inflexión en la
historia policial, la Reforma de 1877.
El 6 de noviembre de 1877, mediante un Real Decreto,
verían la luz dos cuerpos policiales que establecerían la tradicional división
militar y civil que caracterizaría a la policía gubernativa española. Así, el
Cuerpo de Vigilancia, civil y no uniformado, se encargaría de las cuestiones
investigativas, así como de los registros en libros de los movimientos de población,
mientras que el Cuerpo de Seguridad, militar y uniformado, se encargaría de las
labores de seguridad ciudadana y orden público. A través de la Cartilla del
Agente de Vigilancia se establecieron los protocolos de denuncia, formación y
procedimientos que regirían la labor policial.
El 23 de marzo de 1905, mediante un Real Decreto, se creó
una nueva división en tres ramas policiales. A los ya existentes Cuerpos de
Seguridad y Vigilancia, se crearía una nueva rama, la de Servicios Especiales,
encargada de luchar contra el creciente terrorismo político, en especial
anarquista. El Real Decreto establecía asimismo la necesidad de la creación de
una escuela de policía, a fin de formar de forma homogénea a los agentes, que
vería la luz en 1907, situándose en Madrid y especializándose en técnicas de
investigación para el Cuerpo de Vigilancia. El 27 de febrero de 1908, mediante
una ley, se estableció por primera vez un criterio de oposiciones para unirse a
las fuerzas policiales españolas.
Todo ello traería grandes éxitos y detenciones, las que a
su vez generarían una mayor inversión y por lo tanto una mayor especialización
de la entidad policial, viendo la luz las Brigadas de Investigación Criminal en
abril de 1913, el Gabinete de Investigación en 1922, la Sección de Orden
Público en 1923, el Parque móvil en 1924, etc.
El nombramiento el 12 de enero de 1930 del General Mola
como Director General de Seguridad supuso un nuevo impulso del modelo policial
español, siendo su primera medida la creación de un Reglamento Orgánico de la
Policía Gubernativa, que sería aprobado el 19 de noviembre. En él se incluían
los derechos, deberes y funciones de los miembros de los Cuerpos de Vigilancia,
Seguridad y Servicios Especiales. La importancia de este reglamento y su
objetividad serían tales que sobreviviría tanto a la República como a la
Dictadura Franquista, dos estados antagónicos, manteniéndose en vigor hasta el
17 de julio de 1975.
Otra de las medidas del nuevo Director General de
Seguridad sería la creación de una unidad especializada en la disolución de
disturbios, equipándoles al efecto. Así, la "Sección de Gimnasia",
integrada por 25 agentes entrenados en el empleo de armas blancas y el combate
cuerpo a cuerpo, fue creada al efecto, procurándoseles adiestramiento especial
en la represión de disturbios. Se dotó a esta unidad, además de con sable y
pistola, con "fustas revestidas de cuero", llamadas Defensas. La
aparición de este nuevo instrumento de disolución de manifestaciones suponía un
importante avance, ya que anteriormente los policías disolvían las
manifestaciones con sus sables,
golpeando con la parte plana de la hoja, con las heridas que ello significaba
ante el más mínimo fallo. Esta Sección de Gimnasia sería el primer antecedente
de las Unidades de Intervención Policial propiamente dichas.
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