LA POLICÍA DE LA
REPÚBLICA
LA GUARDIA DE ASALTO
El 14 de abril de 1931 era
proclamada la Segunda República, con la abdicación y exilio de don Alfonso
XIII, estableciéndose el llamado Gobierno Provisional. En medio de continuos
tumultos, matanzas entre las derechas y las izquierdas, y hasta un intento de
golpe de estado en Asturias en 1934, se crearían en agosto de 1932 una serie de
unidades dentro del Cuerpo de Seguridad, los llamados Guardias de Asalto, bajo
el mando del Teniente Coronel don Agustín Muñoz Grandes. Sus funciones
principales eran las represivas, encargados de enfrentarse a facciones rebeldes
al gobierno, disolver manifestaciones y desórdenes públicos y acabar con los
motines donde quiera que se produjesen. Su primera intervención fue la
disolución, en el mismo agosto, de una manifestación de verduleras en la Plaza
de la Cebada, que fue descrita por el Ministro de Gobernación del Gobierno
Provisional, Don Gabriel Maura Gamazo, quien en su obra "Así cayó Alfonso
XIII", relató:
"Su primera salida fue, según creo recordar, en el mes de agosto,
en Madrid, con ocasión de un motín de verduleras en la Plaza de la Cebada.
Salieron las camionetas de bancos con los flamantes guardias perfectamente
uniformados y armados con matracas de caucho, además de las pistolas que
llevaban al cinto. Llegaron al lugar de la refriega con el mayor estrépito
posible de las sirenas de sus coches, echaron pie a tierra y, matracas en mano,
en dos minutos disolvieron la manifestación, dispersaron a los contendientes y
volvieron a saltar a sus camionetas, desapareciendo del lugar. El éxito fue
rotundo, y la popularidad del Cuerpo ganada definitivamente desde
entonces."
El gobierno de la
República quedó muy satisfecho con los éxitos de estas nuevas unidades
policiales, y se les dotó de armamento de gran poder, como ametralladoras,
morteros y bombas de mano, además de vehículos blindados. A ello se sumaban los
tradicionales medios de que se proporcionaba a las fuerzas policiales, bastante
más próximos a su función, como pistolas y revólveres, así como defensas, que
sustituían a los sables. El prestigio de la Guardia de Asalto creció de tal
modo que pasaron a ampliar su plantilla con 2 comandantes, 30 capitanes, 40
tenientes, 80 suboficiales, 70 cabos y 2500 guardias de primera, así como 60
camiones y 40 automóviles, y un buen número de tanquetas con agua a presión. La
cesión de tales medios, por supuesto, implicó un aumento de su poder y
competencias, convirtiéndose en una unidad muy politizada.
LA GUARDIA CÍVICA
Donde la República no
logró el éxito deseado fue con la creación de la llamada Guardia Cívico Republicana,
que se formó a base de ciudadanos voluntarios, bajo los auspicios del Director
General de Seguridad, don Ángel Galarza, mediante el Reglamento que se publicó
el 28 de mayo de 1931. Se buscaba voluntarios que fueran "republicanos
acreditados" (es decir, afiliados a partidos republicanos desde antes del
15 de diciembre de 1930), que portaban armas sólo de servicio, sin tener poder
para detener ni hacer registros, pudiendo solo denunciar. Esa ausencia de
poderes y privilegios, unido a la gratuidad del servicio, hizo que los propios
guardias abandonaran sus funciones, siendo disuelto tras un breve plazo de
existencia.
LÁMINAS UNIFORMOLÓGICAS
-Suboficial del Cuerpo de
Seguridad, 1932: Se trata de un Brigada del Cuerpo de Seguridad, con capote de
invierno, y con el uniforme todavía del Reglamento de 1925. Puede observarse
que todavía conserva los símbolos tradicionales, como el Águila de San Juan en
la gorra, que posteriormente sería sustituido en la medida en que los
presupuestos del Ministerio de Gobernación lo permitieron. Su severa actitud al
reprender al menor que se encuentra frente a él refleja el carácter de
autoridad que marca la importancia de los agentes del orden en un régimen
civilizado, y su cruce de brazos permite destacar la presencia de los galones
tanto en la gorra como en los puños.
-Agente de Primera del
Cuerpo de Seguridad, uniforme de verano, 1932: Al contrario que en el caso
anterior, el uniforme del presente miembro de la policía gubernativa ya porta
los nuevos escudos republicanos, tanto en la gorra como en el cuello. El galón
del grado se porta en el brazo, un triángulo rojo que abarca la manga, y se
encuentra deteniendo a un alborotador en las múltiples algaradas que se
produjeron durante la transición republicana.
-Agente de caballería del
Cuerpo de Seguridad: Aunque el uniforme que viste el agente en cuestión es el
del Reglamento de 1906, lo cierto es que el corte es el mismo que el de los
tiempos republicanos, siendo inspirado de hecho en este modelo, pero cambiando
la coloración del negro a un azul que, aunque oscuro, clareaba con respecto a
la uniformidad original. Aunque en los años 30 la motorización comenzaba a
estar a la orden del día, los caballos todavía serían muy utilizados en las
ciudades, coexistiendo ambas formas de transporte, con los problemas que ello
conllevaría.
-Uniforme de la Sección de
Vanguardia o Asalto: En ambas láminas se muestran sendos agentes de la Guardia
de Asalto, con diferentes modelos de uniformidad. Así, el primero de ellos,
perteneciente a la Sección de Gases, va equipado con el material antigás,
bastante más operativo que el comparativo de su lado, que luce uniforme de
gastador, de gala, con cordoncillo blanco. Ambos están armados con fusiles
máuser.
-Camión del Cuerpo de
Seguridad: El desarrollo tecnológico permitió que progresivamente los caballos
y carruajes fueran sustituidos por medios más acordes a la labor policial, en
especial en el transporte. Los primeros camiones de la policía fueron
adquiridos bajo los auspicios de don Millán Millán de Priego, y en tiempos de
la República serían aumentados a 60 unidades, convirtiéndose en un icono de la
policía de la época y en especial de la Guardia de Asalto.
-Motocicleta Harley
Davidson del Cuerpo de Seguridad: El asesinato el 8 de marzo de 1921 del
Presidente del Consejo de Ministros, don Eduardo Dato e Iradier, hizo patente
la necesidad de modernizar los medios de la policía, que incluyó una inversión
de 673.000 pesetas para adquirir 25 motocicletas con sidecar, 200 bicicletas,
10 automóviles, 2 carros-cocina y 2 camiones, uno para transporte de detenidos
y otro para transportar hasta a 16 guardias, más oficial y conductor. El 24 de
abril de 1922 se presentaron los vehículos en un desfile ante Su Majestad don
Alfonso XIII, junto al Palacio Real. En concreto las motocicletas causaron gran
impresión por su modernidad, y rápidamente fueron apodadas como "las
disgustadas" por el hecho de que los dos policías que montaban en el
sidecar se colocaban espalda con espalda, de tal modo que uno de ellos mirara
hacia atrás y pudiera cubrir ese ángulo.
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